sábado, 21 de julio de 2018

SÍNTESIS PONENCIA SOBRE HERRAMIENTAS DIGITALES EN EDUCACIÓN

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miércoles, 18 de julio de 2018


Filosofía de la educación
Ficha 3
4° IFE MALDONADO
Prof. Zaida Montenegro
TEMAS DE ÉTICA
EL PAPEL DE LA EDUCACIÓN
(Ideas tomadas de Cortina, A., Aporofobia, el rechazo al pobre. Bs.As., Paidós, 2017)
El mal de la aporofobia- el rechazo al pobre- está más extendido y arraigado que otras formas de discriminación; solo se puede solucionar construyendo igualdad desde la educación y desde las instituciones.
El término se utilizó en 1995 por entender que era necesario nombrar a una realidad que azota a la sociedad toda y constituye una patología social, nombrarla para diagnosticarla, reconocerla y hacerla visible.
El tema ético de finales del S.XX debía considerar con urgencia la incorporación de los necesitados al disfrute de una vida digna desde el punto de vista material y cultural a la que tienen derecho todas las personas.
La aporofobia es un tipo de rechazo peculiar porque ser pobre no es un rasgo identitario de las personas, es desprecio a los peor situados económica o socialmente.
“…una cultura moral y política, basada en el respeto a la igual dignidad de todas las personas, debería superar estas formas de discriminación cotidiana.” ( Cortina,A., Aporofobia, el rechazo al pobre., Paidós, 2017)
¿Dónde está la causa de las fobias? ¿En el que desprecia o en el despreciado? Glucksmann señala que la clave del odio reside en quien odia, no el objeto del odio, “la clave del antisemitismo es el antisemita, no el judío” sostiene.
El concepto de aporofobia explica situaciones de violencia como el sinhogarismo, que muestra un grado extremo de vulnerabilidad en quien lo sufre. Carencia de hogar implica una ruptura relacional, laboral, cultural y económica con la sociedad marcando exclusión social.
Esta situación nos remite a considerar los denominados “delitos de odio” que son “todas aquellas infracciones penales y administrativas, cometidas contra las personas o la propiedad por cuestiones de raza, etnia, religión, edad, discapacidad, orientación o identidad sexual, situación de pobreza o exclusión social o cualquier otro factor similar, como las diferencias ideológicas” 
En cuanto a los incidentes de odio, ocurren cuando se presentan conductas de desprecio a personas por pertenecer a determinados colectivos, en este caso no hay delito, pero el ámbito moral abarca más que la dimensión legal y este tipo de conductas expresan una malformación del carácter, una degradación personal.
Sobre el discurso del odio, existe desde los orígenes del hombre y consiste en cualquier forma de expresión utilizada para difundir, promover o justificar el odio hacia grupos sociales. En las sociedades demócratas actuales, lo novedoso es que estos discursos pueden ingresar en el ámbito jurídico y ser tipificados en ocasiones como delitos, es muy difícil realizar el control legal en el ciberespacio y la sociedad se pregunta si son un obstáculo para la convivencia democrática.
En los tres casos hablamos de patologías sociales.
El odio refiere a aversión exagerada a algo o a alguien, por eso en este caso se trata como fobia. Es el caso de la aporofobia, rechazo al pobre porque se encuentra en situación de vulnerabilidad, objeto de críticas o burlas, carente de poder. Quien rechaza desde el poder rompe el vínculo con el humillado e imposibilita la convivencia en armonía.
El discurso del odio es monológico porque el oyente no es considerado un interlocutor válido, el otro no puede entrar en diálogo porque no es visto como sujeto sino como un objeto que no merece respeto. Esto encierra una contradicción, se trata como objeto al destinatario del mensaje que solo puede dirigirse a un sujeto.
El discurso puede dañar por sí mismo, hablar es actuar, independientemente de que a través del habla se incite a acciones violentas o no. Desde la ética este discurso condena a la exclusión y priva a algunas personas del derecho a la participación social destruyendo la convivencia democrática.
Por otro lado, establecer una relación de desigualdad entre “nosotros” y “ellos” atenta contra el principio democrático de la igualdad porque no reconoce al otro como un igual.
“Todos los seres capaces de comunicación lingüística deben ser reconocidos como personas, puesto que en todas sus acciones y expresiones son interlocutores virtuales, y la justificación ilimitada del pensamiento no puede renunciar a ningún interlocutor y a ninguna de sus aportaciones virtuales a la discusión” ( Karl-Otto Apel, La transformación de la filosofía)
Los discursos del odio quiebran la intersubjetividad humana que “nunca debería ser dañada” según Arendt.
“Los discursos del odio debilitan la convivencia, quiebran la intersubjetividad y cortan los vínculos personales. Cuando en realidad la calidad de una sociedad democrática se mide por el nivel alcanzado en el reconocimiento y el respeto mutuo de la dignidad…resulta imposible mantener el respeto por las personas, defender las bases sociales de la autoestima, sin empoderar moralmente a los ciudadanos para que consideren a sus conciudadanos como personas, como interlocutores válidos, dignos de respeto, y no como seres que solo merecen odio, desprecio y rechazo por el color de su piel, su raza, su pertenencia étnica, su convicción religiosa, su ideología, su situación de discapacidad o de pobreza económica” ( Cortina, Aporofobia…,p.59)
EL SUEÑO DE LA ÉTICA
En el ámbito político se trata de una democracia capaz de distribuir los bienes comunes con justicia, un sistema inclusivo.
En economía el objetivo sería crear riquezas con equidad, erradicar la pobreza y reducir las desigualdades a la vez que desarrollar la ciudadanía económica para que los ciudadanos participen de las decisiones sobre qué se produce, para quién y cómo.
En lo que refiere a la sociedad civil, se promueve que sea partícipe de los asuntos públicos y trabaje por el bien común, además de que sería una sociedad éticamente plural que combinaría sus proyectos de vida feliz (éticas de máximos) con la exigencia de mínimos de justicia (ética de mínimos).
El sueño es el de una sociedad cosmopolita, en que todas las personas se sentirían ciudadanas.
Los excluidos de esta sociedad serían la aporofobia, la xenofobia, racismo, homofobia y toda forma de discriminación.
Por último, sería una sociedad cuidadosa de la naturaleza en un mundo por el momento utópico.
Este sueño es aceptado en las declaraciones de las democracias liberales pero las realizaciones se distancian de los discursos dando lugar a un mundo contradictorio.
Esta asimetría entre el dicho y el hecho se denomina debilidad moral, “veo qué es lo mejor y, sin embargo, compruebo que sigo lo peor”, actitud que parece responder a la naturaleza humana lo que ha llevado a decir que existe un mal radical. En este sentido, la aporofobia, a pesar de las declaraciones sobre la igual dignidad de los seres humanos, tendría su raíz en la naturaleza humana.
LA NECESIDAD DE EDUCAR LA CONCIENCIA
Las bases de la aporofobia pueden ser modificadas a través de la educación y la construcción de instituciones económicas, políticas y sociales capaces de fomentar el respeto a las personas.
La conciencia tiene su correlato en la reputación, que es la valoración que hace la sociedad de las acciones personales u organizacionales.
La reputación es una herramienta social útil para incentivar o inhibir determinadas acciones.
La conciencia representa al mundo interior y la reputación refiere al mundo externo a la persona.
Se puede plantear aquí la siguiente cuestión:
¿qué sucedería si la conciencia moral, de la que debería formar parte la idea de justicia, fuera solo un cálculo prudente de hasta dónde se puede llegar en la búsqueda del beneficio propio sin provocar el rechazo del cuerpo social?
¿Cómo educar sujetos morales, base de la sociedad democrática, si no se puede formar su conciencia?
“Suscribo totalmente la opinión de aquellos autores que sostienen que de entre todas las diferencias entre el hombre y los animales inferiores, el sentido moral o conciencia es, con mucho, el más importante…este sentido tiene una supremacía legítima sobre cualquier otro principio de acción humana” (Darwin, Ch., El origen del hombre)
La conciencia moral sería una voz silenciosa que nos dice hasta dónde podemos llegar persiguiendo intereses propios sin correr demasiados riesgos, pero también puede entenderse como la identificación con los valores de la comunidad.
La conciencia coopera en la toma de decisiones que mantienen nuestra reputación social y nos hacen aparecer como personas valiosas; pero, ¿si en caso de infracción, el infractor no fuera descubierto y, por lo tanto, no perdiera reputación?Ver leyenda anillo giges
Si es cierto que actuamos de manera prosocial cuando nos observan, entonces es necesario dar mensajes claros de que nuestras sociedades rechazan las conductas aporófobas y aprueban las acciones que empoderan a los pobres, hay que publicitar que se aprecian las conductas inclusivas y se rechazan las que excluyen y que creemos que” el menosprecio debe dirigirse al vicio y a la estupidez, no a la pobreza”. Esto debe ser tenido en cuenta en educación.
Y si hacemos de éstas las normas de la sociedad, los niños pueden ir internalizándolas naturalmente por estar expuestos a ese entorno cultural.
Intentar eliminar la aporofobia económica exige educación e instituciones empeñadas en terminar con la pobreza.
La pobreza es carencia de los medios necesarios para sobrevivir, pero es además falta de libertad porque impide que la persona concrete sus planes de vida (Amartya Sen)
Kant afirmaba que “la persona lo es por la educación, es lo que la educación la hace ser”. Señala que la humanidad debe enfrentar el problema de la educación que consiste en decidir si se va a educar para el momento presente o para un futuro mejor. Este futuro anticiparía a una sociedad sin excluidos, que garantizaría la paz entre las personas. En esta sociedad cosmopolita, la virtud fundamental sería la hospitalidad. La hospitalidad es una actitud personal, es un deber de hospitalidad que corresponde a un derecho de hospitalidad pero también es “una exigencia incondicionada de hospitalidad” anterior a todo deber y derecho ( hospitare- recibir como invitado, actitud amable que da cobijo al extranjero, es asistencia, asilo, protección)
“Educar para nuestro tiempo exige formar ciudadanos compasivos, capaces de asumir la perspectiva de los que sufren, pero sobre todo de comprometerse con ellos”








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